Stephen King vuelve a una de sus ciudades ficticias más populares, Castle Rock y esta vez trae a un amigo consigo, Richard Chizmar.
Gwendy’s Button Box sale a la venta en mayo 2017, gracias a la editorial Cemetery Dance.
Es una novela corta que abarca diversos géneros, entre misterio y fantasía con algo de horror, pero que se lee más, para bien o para mal, como un popular Young Adult.
La fecha inicial: 1974.
La protagonista: Gwendy Peterson («A combination. My father wanted a Gwendolyn -that was his granny’s name- and my mom wanted a Wendy, like in Peter Pan. So they compromised«.)
¿El antagonista? Richard Ferris, un hombre vestido de negro… Man In Black, iniciales RF… Los fans de Stephen King entenderán al vuelo. 😉
El setting: Castle Rock, Maine.
Gwendy Peterson es un jovencita de doce años de edad, debido a su peso los niños en la escuela le dicen «Goodyear» (Michelín, en español), por lo que ese verano se propuso a subir las Suicide Stairs todos los días, ya que entrará a secundaria y pretende empezar desde 0 con sus nuevos compañeros.
En una de esas ‘subidas’, Gwendy se encuentra con un misterioso hombre de negro.
«Hey, girl. Come on over here for a bit. We ought to palaver, you and me.»
Palaver… otra pequeña referencia. 😉
Al final de la conversación, el hombre le entrega un ‘button box’ a Gwendy. Una caja que contiene ocho botones y dos palancas. No diré la función de cada cosa, ya que es parte de lo emocionante del libro.
Gwendy debe proteger la caja… pero esas palancas… y esos botones… tentaciones.
Stephen King admitió empezar la novela y llegar a un punto donde no sabía cómo terminarla, ahí entra Richard Chizmar. King le envió el texto y le dijo: «haz con ésto lo que quieras, de lo contrario nunca tendrá conclusión». Y Chizmar completó el resto, con ayuda de King, por supuesto.
El resultado es una novela corta en la que no puedes decir quién escribió qué, lo que es un punto a favor ya que la química y la comprensión entre ambos hace que el escrito tenga una sola voz.
Gwendy’s Button Box ofrece una buena lectura pero, en lo personal, me pareció muy corta (175 páginas), creo que había potencial para una novela de extensión regular. Y el desenlace es atípico para una obra con el nombre de Stephen King plasmado en la cubierta.
Como dije con anterioridad, el libro parece Young Adult, tiene un toque de ligereza y sentí que se quiere dejar un buen mensaje o moraleja al final. Me gustaría mucho más si supiera de una segunda parte. Ojalá.
La obra también ofrece el arte de Ben Baldwin (portada) y Keith Minnion (interior).
Recomiendo la lectura de Gwendy’s Button Box, la verdad es que es bastante entretenida y se puede leer en unas horas. Lo que no recomiendo, si no eres muy fan de King, es que se compre la edición física, pues es un poco costosa para lo que ofrece. En cambio, la edición digital tiene un precio razonable.
Stephen King próximamente publicará «Sleeping Beauties» junto a su hijo Owen.
De Richard Chizmar tengo en la mira «A Long December», una extensa colección de relatos cortos.