Supe de esta película gracias a unas reseñas que aparecían en mi Google Assistant, recuerdo haber leído una de ellas, me interesó mucho y anoté la fecha en que estaría disponible en Netflix (20 de marzo).
The Platform, conocida originalmente como El Hoyo, es una película española dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia y escrita por David Desola y Pedro Rivero.
En El Hoyo nos presentan un futuro distópico donde los recursos son escasos y donde las personas pueden, voluntariamente, aplicar para entrar a una cárcel vertical. En el caso de nuestro protagonista, Goreng, aplicó porque le otorgarían un diploma que le ayudaría a escalar posición social. Su permanencia se pautó a seis meses.
Lo que él desconocía era el funcionamiento del lugar. Es en esta cárcel donde el mundo y los personajes cobran vida, donde la trama se desarrolla casi en su totalidad.
Cada día una plataforma flotante desciende y se detiene en cada ‘piso’. Cuando conocemos a Goreng, él se encuentra en el número 48 e inmediatamente asumimos que los números también van descendiendo pero, ¿cuántos pisos hay en total?
La plataforma está repleta de comida y los presos cuentan con unos minutos para comer todo lo que puedan antes que el rectángulo flotante empiece a descender. Si van entendiendo la idea, se darán cuenta que los pisos inferiores probablemente no contarán con comida alguna.
Los reclusos son cambiados de piso cada 30 días y el orden es aleatorio sin importar quien seas. Digamos que el piso 48 es una bendición.
Goreng no está solo, él cuenta con un compañero y es entre su diálogo que la película hace world-building. Y hay mucho que contar y explicar, por lo que las conversaciones se vuelven interesantísimas a pesar de que la película empieza algo lenta.
“Hay tres tipos de personas: los de arriba, los de abajo y los que caen.”
No quiero seguir hablando de la trama, pues es mejor que vean, conozcan y descubran esta prisión por ustedes mismos.
Es bastante evidente que el filme quiere hacer un comentario social; clasismo, socialismo, diferencias de poder y manejo de recursos, son unas de las cosas que podrán notar al vuelo.
Leí en alguna parte que la película estaba planeada ser una obra de teatro, y se nota. Tomas claustrofóbicas, énfasis en los actores y el foco sobre el elemento más importante de la película: la plataforma.
Y hablando de actores, El Hoyo cuenta con las participaciones de Iván Massagué, Zorion Eguileor, Emilio Buale, Antonia San Juan y Alexandra Masangkay.
Lo único que no me encantó de la película fue el final; no sé si fue a propósito, pero siento que no capté el mensaje que el director y los guionistas quisieron transmitir. No sé si quisieron parecer más inteligentes de la cuenta pero creo que la idea de ellos abre interrogantes y crea posibles plot-holes… Puede que esté equivocado, debo investigar y leer sobre eso.
En conclusión, claustrofobia, paranoia, escasez de recursos… El Hoyo es una película perfecta para disfrutarse en los tiempos que estamos viviendo actualmente.