Es abrumador el intentar reseñar películas que tienen tras ella un fan-base tan amplio, una fanaticada que conoce cada detalle de su lore cuando yo, por mi parte, solo las veo por puro entretenimiento.
Por fortuna, siempre trato de aclarar que mis escritos son más ‘opiniones’ que ‘reseñas’. Tranquilos, ésta opinión es una positiva.
Por mi falta de conocimiento general y falta de interés en indagar en ese lore, decidí no escribir sobre las películas numeradas de Star Wars (aunque recuerdo haber hecho una excepción con la primera instalación, muchos años atrás). Rogue One es una historia dentro del universo Star Wars, y me siento un poco más confiado en escribir sobre ella.
Saliendo, en primera instancia, de los detalles técnicos; Rogue One se estrenó en el 2016 y estuvo dirigida por Gareth Edwards («Monsters», «Godzilla»). El guión estuvo bajo Chris Weitz («Cinderella», «The Golden Compass») y Tony Gilroy (Las películas «Bourne»).
Considero que Rogue One tuvo un elenco de primera, sin mucho que envidiarle a otras películas de gran presupuesto. Felicity Jones es la protagonista, el personaje que más tiempo de pantalla ocupa. Junto a ella; Diego Luna, Alan Tudyk, Riz Ahmed, Mads Mikkelsen, Forest Whitaker, Ben Mendelsohn, Donnie Yen, Wen Yiang y Jimmy Smits.
Y ya que mencioné la palabra ‘presupuesto’, ¿porqué no revelar el número? El filme necesitó de unos 200 millones aproximadamente, para su realización.
Ahora bien, la trama.
Sabemos que la guerra de las galaxias básicamente es llevada a cabo entre los Imperials y la Alianza Rebelde.
Jyn Erso es la hija de un científico que trabaja para los Imperials. Galen Erso intentó alejarse de esos proyectos y dedicarse a su familia, ocultándose por un tiempo. Los Imperials llegan a dar con él y éstos hacen que él vuelva a trabajar para ellos (en la construcción de la Death Star), no sin antes asesinar a su esposa. Jyn, que apenas era una niña en ese entonces, se hallaba escondida y pudo salvarse.
Gracias a diversos medios, Jyn -después de adulta- llega a saber que su padre, mientras construía la Death Star, también estaba planeando su venganza. Un punto débil que la destruiría completamente. Jyn debe reunir un grupo para infiltrar una base Imperial y robar los planos.
Rogue One empieza un poco lenta, pero después que todas las piezas están sobre la mesa, su ritmo acelera y se vuelve una película sumamente entretenida que nada tiene que envidiar a sus compatriotas numeradas.
Cronológicamente, los sucesos de Rogue One acontecen días antes del arranque de la 4ta película (A New Hope). Y debo admitir que, desde que acabé R1, inmediatamente quise volver a ver el Episodio IV.
La actuación, los efectos especiales (tanto visuales como de sonido), la música, los cameos… todo estuvo de primera. Es una película que disfruté bastante y que, sin duda alguna, volvería a ver.
Como dato extra, mi personaje favorito fue Chirrut Îmwe. Felicity Jones, debo mencionar, hizo un memorable papel como Jyn Erso y, a decir verdad, Diego Luna me sorprendió como Cassian Andor. Cada vez más disfruto más de los papeles de Riz Ahmed, y ahora tengo más ganas de ver Venom.
Todavía me faltan por ver «The Force Awakens» y «The Last Jedi» (también la reciente de Han Solo). Y espero poder ver los Episodios VII y VIII antes de que acabe el año.
Tengo varias entradas pendientes y espero sacar tiempo y volver a escribir aquí con más regularidad. ¡Hasta la próxima!