The Fireman es una novela escrita por Joe Hill, publicada en mayo del 2016. Es la 4ta entrega del autor, seguida de los títulos “Heart-Shaped Box”, “Horns” y “NOS4A2”. Además, Hill es conocido por sus colecciones de relatos cortos, cómics y novelas gráficas.
Tengo varios años con The Fireman en uno de mis libreros, lo coloqué de manera tal que lo pudiera ver casi a diario hasta que me decidiera a leerlo. A principios de año leí NOS4A2 y consideré justo leer también The Fireman antes de que acabara el 2018. Strange Weather seguiría a continuación, pero ya para cuando nuevamente demos la vuelta al calendario.
La novela tiene una extensión de casi 800 páginas y me propuse a leerla durante el mes de octubre. Elaboré un pequeño ‘plan de lectura’ que me hiciera responsable de leer una cantidad determinada de páginas cada día, suficiente como para leer el libro desde el 1ro de octubre hasta el mismo día de Halloween.
Y ya que menciono Halloween, después de leer un cuarto de la novela, me percaté de que muy poco tenía que ver con horror, pero luego abundaré sobre eso con más detalle.
The Fireman abre con una nueva y terrible plaga que se va extendiendo como pólvora por todo Estados Unidos (quizás por todo el mundo), golpeando ciudades una por una: Seattle, Boston, Detroit.
Los científicos la llaman ‘Draco Incendia Trychophyton’, para el resto es dragonscale (escama de dragón), una espora altamente contagiosa y mortal que marca a sus anfitriones por partes del cuerpo con marcas negras y doradas (como se de tatuajes se tratara), antes de hacerlos estallar en llamas. Millones de personas están infectadas; las llamas estallan en todas partes. No existe un antídoto.
Harper Grayson, protagonista de la novela, es una joven y dedicada enfermera tan pragmática como Mary Poppins. Ella trató a cientos de pacientes infectados antes de que su hospital se quemara hasta los cimientos. Poco tiempo después descubre las reveladoras marcas con motas doradas sobre su piel, marcas que le cambiarán la vida en un abrir y cerrar de ojos.
“Every day is September eleventh,” she said. “How are we supposed to live our lives when every day is September eleventh?”
Cuando empezó el primer brote, ella y su marido Jakob hicieron un pacto: si se infectan, ellos se ocuparían de la situación por sus propias manos. Pero Harper descubre, además, estar embarazada.
Para consternación de Jakob, Harper quiere vivir; al menos hasta que su embarazo llegue a término. En el hospital, ella fue testigo de cómo las madres infectadas daban a luz a bebés sanos y cree que el suyo también estará bien… si puede vivir lo suficiente para dar a luz.
Cuando el mundo parece caerle encima, Harper se dará cuenta de que no está tan sola como creía:
Un misterioso desconocido con el que coincidió brevemente en el hospital, un hombre con la sucia y raída chaqueta amarilla de un bombero, que lleva una barra de hierro con un gancho, separa el abismo entre la locura y la muerte. Conocido como The Fireman, se pasea por las ruinas de New Hampshire como un loco contagiado por el dragonscale que ha aprendido a controlar el fuego dentro de sí mismo.
Mientras el mundo arde fuera de control, Harper debe aprender los secretos de este enigmático personaje antes de que su vida se convierta en humo y cenizas.
Como pueden ver, The Fireman promete mucho con un argumento interesante y original a primera vista, pero lamento decirles que este libro -en mi opinión- estuvo contagiado con dragonscale desde el principio y no tardó mucho en estallar. La prosa de Joe Hill es excelente, lo que me ayudó a continuar -y terminar- la novela, aparte de que quería ser disciplinado con el ‘plan’ que me propuse.
There’s something horribly unfair about dying in the middle of a good story, before you have a chance to see how it all comes out. Of course, I suppose everyone always dies in the middle of a good story, in a sense. Your own story. Or the story of your children. Or your grandchildren. Death is a raw deal for narrative junkies.”
En las primeras páginas, antes de arrancar la novela, Joe Hill menciona a JK Rowling, Stephen King, Ray Bradbury entre otros como inspiración. Antes de llegar a la mitad de la novela me percaté de que The Fireman es un cóctel de ideas recicladas de los autores mencionados y un sancocho de referencias ochenteras.
Joe Hill intentó escribir su propia versión de The Stand y el resultado fue un triste homenaje a su padre y un libro miles de veces inferior.
Un personaje sordomudo llamado Nick, una mujer embarazada con el nombre de Frances (Frannie), un personaje fácil de odiar (y que resulta ser traidor) llamado Harold. Además, Hill salpica obvias referencias al universo de La Torre Oscura. Aunque supongo Joe Hill heredará este universo cuando su padre ya no esté, las sensaciones no son las mismas que cuando es el mismo King quien esconde los easter eggs.
La trama de The Fireman puede considerarse lineal pero en el camino el autor encuentra grietas y decide entrar y abundar en cada una ellas, dando inmenso relleno al libro y expandiendo su contenido a unas 300 páginas extras. Con honestidad puedo decir que la historia de esta novela pudo contarse excelentemente en una totalidad de 450 páginas.
Otro punto negativo… las referencias a Mary Poppins… ugh!
Hablemos del género del libro. A primera instancia, cualquiera diría horror. Pero no, y decir simplemente ‘una novela post-apocalíptica’ tampoco suena muy bien, ya que eso no define un género, eso mas bien es parte del argumento. The Fireman peca de no tener una identidad marcada: un poco de ésto, un poco de aquello. Diría, en conclusión, que incluye inspiración sacada de ciencia ficción, fantasía, thriller, suspenso y, ¿por qué no? una que otra escena de ligero ‘horror’.
Los personajes son poco memorables, no sentí empatía por la protagonista a pesar de estar embarazada y siempre tener las mejores intenciones. El personaje que da título a la novela tampoco me cautivó, parece estar sacado de un cómic y, además, hay otros detalles que me incomodaron -pero que no menciono por posibles spoilers-. Los villanos son unidimensionales y la amenaza que podían presentar no la consideré palpable. Quizás el personaje que más me gustó (en cuanto a su arco de desarrollo) fue la adolescente rebelde, Allie.
So much of what was best in life went unnoticed in the moments you had it.