Carnage es de esas películas que se desarrollan enteramente en un sólo lugar, con una pequeña cantidad de personajes y, mayormente, con un tema en específico. Carnage es un vívido ejemplo de cómo un problema sencillo puede sacar las cosas fuera de control, cómo ese problema puede sacar lo peor de cada individuo.

La imagen publicitaria de la película (esa misma que comparto aquí) nos presenta casi-perfectamente el desarrollo de la película: 4 personajes, interpretados por Jodie Foster, John C. Reilly, Kate Winslet y Christoph Waltz, todos, a excepción de Reilly, ganadores de Oscars.

En la imagen vemos, empezando desde la izquierda, el rostro amigable e invitador de cada personaje; en el centro de la imagen ese rostro se vuelve menos amistoso para, al final, estallar tal y como vemos en la parte de la derecha.

¿Y cuál es el problema que saca a estas personas de sus cabales?

Bien, les explico la trama:

Dos parejas de esposos se reúnen cordialmente luego de que sus hijos tuvieran una pelea en la escuela: El hijo de Alan y Nancy Cowan (Waltz y Winslet) golpeó en el rostro con una rama de un árbol al hijo de Michael y Penélope Longstreet (Reilly y Foster). Las parejas se reúnen para determinar cómo procederán con sus hijos. A medida que transcurre la velada, reacciones inmaduras de ambas parejas llevan la reunión a un caos incontrolable.

Carnage está basada en la obra teatral God of Carnage y, cómo tal, es un film que depende totalmente de un diálogo inteligente y excelentes actuaciones y estas son cosas en que la película sale airosa. Cada actor interpreta muy bien al personaje que se le ofrece, incluso John C. Reilly brilla entre todos los ganadores de Oscars con los que trabajó.

Y con unos 75 minutos de duración, no nos queda más que sentarnos y disfrutar del viaje de está sátira social donde no podemos dejar de seguir el progresivo descontento y la desilusión de los personajes y cómo pierden el control en una confrontación divertida -y aveces- histérica.