Escribo éstas líneas casi una semana después que acabé el libro, a veces la vida misma se interpone en las cosas que uno suele hacer de inmediato, pero bueno.
The Girl on the Train es un libro escrito por Paula Hawkins, publicado en enero del 2015 y que ha alcanzado millones de ventas gracias a la gran ola publicitaria con la que contó.
Es el primer libro de la autora inglesa, quien duró 15 años trabajando como periodista antes de dedicarse a la ficción.
Es un libro sumamente fácil de leer, con una escritura simple pero exquisita a la vez, muy madura y con una premisa atractiva. Definitivamente no parece el primer intento de una autora.
The Girl on the Train cuenta la historia de un grupo de personas, narrada desde el punto de vista de tres mujeres: Rachel, Megan y Anna. Diversas circunstancias logran que las vidas de estas mujeres se entrelacen.
Difícil tejer una sinopsis sin soltar muchos detalles, pero diré que Rachel es la chica en el tren. Cada día se desplaza por las vías y cada día mira por la ventana, hacia esa casa donde vive lo que aparenta una pareja perfecta. Rachel se hace ideas con ellos, los nombra, cree conocerlos a partir de los detalles que recoge cada vez que pasa por aquella parada del tren. Pero un día, desde el mismo tren, ella ve algo que cambia todo… se verá entremezclada en una situación difícil de salir.
Disfruté de un 40% del libro el formato de audio (audible) y leí el otro 60%
Empieza un poco lento, pero no aburre. Abre con monólogos de dos de los personajes más importantes. Historias de fondo, pensamientos y demás. Rachel es alcohólica y tiende a ocultar muchas cosas, Megan tiene sus propios problemas; es inestable y no se considera feliz. Anna aparenta ser una mujer perfecta con una vida perfecta: el esposo perfecto y la pequeña hija perfecta.
Comparan la novela con «Gone Girl» de Gillian Flynn y sobre eso puedo decir que, al igual que Flynn, Hawkins traza a personajes femeninos complejos, multidimensionales y ricos en detalles pero, a diferencia de Flynn que también crea personajes masculinos con igual complejidad, Hawkins peca de presentarnos a sus personajes masculinos como muchas autoras inexpertas; en imagen: perfectos, en expresión: teatrales, en fondo: vacíos.
Otro defecto que tiene el libro es que resulta bastante predecible, aún así, la escritura, la perspectiva de los personajes y el desarrollo mismo del libro te hacen apretar el pedal aún creas conocer lo que va pasando.
Con apenas 336 páginas de extensión y con largas tandas de lectura garantizadas, The Girl on the Train se lee bastante rápido y se disfruta plenamente a pesar de las aisladas deficiencias.
No es sorpresa que Hawkins mencione a autoras como Agatha Christie, Donna Tartt, Kate Atkinson, Tana French y, por supuesto, a Gillian Flynn como sus autoras favoritas e inspiraciones para su escritura en el género de thriller y suspenso. Un listado que se debe de tener presente a la hora de comparar y recomendar la novela de Paula Hawkins.
The Girl on the Train es una buena novela, no excelente como los medios la quieren pintar, pero digerible y, por ratos, difícil de soltar. No se me hace imposible imaginar una adaptación al cine y definitivamente leería la próxima novela de la autora. Ojalá no se demore demasiado.