Después de muchas dificultades y un hiato de cuatro años entre películas, Skyfall finalmente ve la luz a tiempo para la celebración del 50 aniversario de James Bond en el cine.

Cuatro años después de Quantum Of Solace, Daniel Craig vuelve a la pantalla grande encarnando al Agente James Bond 007 por tercera vez desde el 2006 en Casino Royale.

En esta entrega, la agencia M16 es puesta bajo ataque y M debe relocalizarla mientras su trabajo pende de un hilo y se ve acechada por un genio informático con cualidades de agente.
James Bond debe de demostrar su lealtad hacia M y la agencia mientras trata de encontrar al misterioso personaje.

No tenía muchas expectativas gracias a la anterior Quantum of Solace que no me gustó en lo absoluto y debo decir que Skyfall me sorprendió en el buen sentido.

La verdad es que Daniel Craig aún no me impacta como James Bond, considero que es un buen actor pero siento que este rol no le pertenece, me gustaba más Pierce Brosnan. Por otro lado, Javier Bardem hizo de un villano formidable y, también, Skyfall se vio sustentada por buenas actuaciones de Judi Dench como M y Ralph Fiennes como Mallory. Mención especial para Naomie Harris como Eve.

No esperen una película cargada de acción, aunque si es balanceada. Tiene un poco de todo en buenas proporciones.

Debo confesar que la trama es bastante frágil y, de alguna manera, sobrevive las dos horas y veintitrés minutos que dura el film. Aún siendo frágil y cargada de errores, logra mantenernos algo interesados y parte de esto se debe al villano, ya dije que Bardem hace un papel excepcional (aunque nunca como en «No Country For Old Men»).

Skyfall es una película entretenida, casi de principio a fin. No me sentí aburrido aunque pueda concluir que pudo haber sido mucho mejor.

Para las personas que tengan muchas expectativas, saldrán desilusionados. Para los que no, todo saldrá mejor.

Una película normal pero interesante, una película que cae dentro de una piscina sin hacer muchas ondas en el agua.