Como la mayoría sabemos, esta película es una más de las que rinde tributo a las mujeres más valientes que pisaron la República Dominicana.
La película en sí es un poco floja, transcurre con una lentitud increíble, no sigue una trama lineal sino que presenta varios eventos al azar restando profundidad a los personajes.
Realmente -y es algo obvio- no conocí al dictador Rafael L. Trujillo y no sé como se manejaba al hablar y sus manerismos, pero el actor Juan Fernández lo encarna de una manera exagerada, tanto en los gestos como en la manera de hablar, consideré exagerado también su maquillaje. César Évora sobresale en su actuación y Michelle Rodríguez hace una interpretación aceptable en un rol muy ajeno a lo acostumbrado. Los demás actores oscilan entre lo mediocre y lo regular. La fotografía es excelente, mostrando las bellezas del país y al mismo tiempo la tristeza y opresión de quienes vivían en ese entonces y presenta muy bien el ambiente social de la época: la vestimenta, la música, la cultura, la religión.
En un principio la película parece ser un documental para estudiantes pero esta teoría cae ya que presentan torturas de una manera cruda y desnudez total de ambos sexos.
El verla o no se deja a consideración de la persona, pero realmente es otra película que presenta la historia como debemos conocerla. Recuerden que en este país no habrán mujeres como las hermanas Mirabal.