El primer libro de Harlan Coben que leí fue The Stranger, y eso fue a principios de este mismo año. Tell No One ha estado en mi lista por casi una década, cuando un amigo me recomendó ver la adaptación fílmica y le respondí diciendo que la vería seguido leyera el texto.
Casi una década después… y puedo decir que leí Tell No One y disfruté de la adaptación francesa Ne Le Dis à Personne.
Tell No One se publicó en el 2001 y es la décima novela del autor norteamericano.
Todo aparenta ser una velada romántica; David Beck y Elizabeth celebran un aniversario más visitando el Lago Charmaine, más que una simple costumbre, un hábito desde la infancia. La noche empieza bien pero, una cadena de eventos conlleva a Beck a escuchar el grito de su mujer y luego… agua y oscuridad.
Ocho años después, Beck no supera la muerte de Elizabeth. Ocho años después, un extraño correo electrónico llega a su buzón… Pequeños detalles que solo él y Elizabeth conocen… ¿Podría ser..?
Tell No One es una de las novelas más populares de Harlan Coben (si no la más), e indudablemente entiendo porqué.
El libro es bastante intrigante; está lleno de secretos, giros y suspenso. Es una historia de amor (bastante difícil no superar un amor en ocho años, ¿verdad?) y misterio, con elementos de thriller.
Su prosa, para ese entonces y, entendiendo que solo había leído sus novelas más recientes, es un poco forzada pero causó nostalgia en mi ver como los autores tratan cada vez menos en sus entregas más actuales.
Tell No One salta entre perspectivas de distintos personajes, David Beck es el protagonista y sus ‘momentos’ son presentados en primera persona. El resto, tercera persona. Un estilo que creo es poco común, pero que funcionó muy bien para ésta historia.
La novela no es perfecta, tiene tantos giros y vueltas que a veces sentí que el mismo autor se perdía entre ellas. Muchas situaciones se vieron resueltas de una manera muy cinematográfica, con bastante conveniencia, diría yo. Además, el desenlace es demasiado ‘perfecto’ para mi gusto.
A pesar de ser bastante popular, estoy casi seguro de que podría encontrar otra obra de Harlan Coben que me guste más, no obstante, de las tres novelas que he leído de él, ésta es la mejor.
Por ahora descansaré de Coben; aquí tengo el libro nuevo de Stephen King. Además, hay otros autores que merecen una oportunidad y hay otros -como Dennis Lehane– cuyos libros imploran de mi atención. Pero pronto volveré a usted, Mr. Coben. Pronto.