Se supone que los pilotos dan inicio a una nueva serie y, por lo general, es el mayor esfuerzo de los creadores y equipo de trabajo con el fin de llamar a la atención de, primero a las cadenas de televisión, luego a la audiencia.
El año pasado me di a la tarea de ver y comentar la gran mayoría de las series nuevas que se lanzaron ese año -muchas de las cuáles aún viven y sigo-. Este año decidí no hacerlo, aunque siempre hay un puñado de series que te atraen y no puedes resistirte a seguir. Revolution, en mi caso, es una de ese pequeño montón.
¿Qué me llamó a la atención de la serie? Es difícil no enlazar el nombre de J.J. Abrams a la magistral serie «Lost». También es fácil enlazarlo a productos entre buenos y regulares como «Super 8«, «Person of Interest«, «Alias», «Star Trek», «Mission Impossible: Ghost Protocol», «Fringe», etc. Y, por último, es fácil enlazar a Abrams a productos no tan buenos -o pésimos- como «Alcatraz« y «Cloverfield». Por esto, es casi tirar un dado cuando se trata de este señor, aún así, trato de explorar las ideas que produce o dirige.
Otro punto es que Jon Favreau (director de las dos primeras instalaciones de IronMan) es el productor ejecutivo y fue el encargado de dirigir este piloto. Además, Eric Kripke -creador de Revolution– promete mucho con una serie como «Supernatural» debajo de su ala.
Debo añadir que el nombre de Giancarlo Esposito me atrajo más a esta producción de NBC (tremenda actuación en la serie «Breaking Bad» y buena participación en «Once Upon A Time») y Elizabeth Mitchell, recordada por los fans de las series «Lost» y «V».
También me llamó a la atención de la serie la premisa (o la idea que tuve sobre ella) que pensaba, más o menos de esta forma: un grupo de personas que tratan de llevar una vida llena de peligros cuando la sociedad se ve totalmente limitada de electricidad y tecnología en general.
No estuve muy lejos de la realidad, les hablaré un poco de la historia que envuelve a este elenco vasto de personajes:
En el presente 2012, el mundo se ve afectado por un apagón que corta todo tipo de electricidad, comunicación y funcionamiento de dispositivos de todos los tamaños e incluso baterías. Se apagan las luces, los celulares dejan de funcionar, los autos se detienen y los aviones caen del cielo…
15 años más tarde, el mundo se ha movido… La agricultura, la caza y la herbología son las nuevas maneras de sobrevivir. Cae la noche, se encienden las velas y se escuchan los grillos… quizás una vida sin electricidad y tecnología pueda ser apacible. Pero no lo es, los gobiernos cayeron y se empezaron a formar bandas, milicias. Los delincuentes empezaron a vagar con libertad y, en la oscuridad, el mal asecha.
Una mañana como cualquier otra, un grupo de la milicia se acercó al pequeño «pueblo» donde residen nuestros protagonistas; una familia compuesta por el padre, madrastra y dos hijos. Presuntamente, el padre tiene algo que ver con el apagón y la milicia busca información. En un giro de eventos, el padre muere y el hijo es secuestrado. Poco tiempo después, la hija –Charlie-, su madrastra (con la que no tiene la mejor relación del mundo) y un antiguo empleado de Google, se unen en búsqueda del joven, además de respuestas.
Parte de la misión reside en buscar al tío de Charlie (un experto en lucha) y, mientras tratan de dar con él, se une al bando un misterioso joven con talentos de cazador y destreza con armas… ¡Vaya, y ya tenemos todo un equipo para un juego de rol! Ya puedo escuchar la música de Final Fantasy en el fondo 😛
Acá, en República Dominicana, es bastante común experimentar apagones eléctricos que perduran dependiendo del sector en donde se habite. Seguro que las personas que sigan la serie y vivan aquí no se sorprenderán mucho con este odiado mal.
Dando mi opinión sobre el piloto, no puedo decir que ha estado mal del todo. Tampoco puedo decir que me encantó. La verdad es que esperaba más.
Me es imposible no pensar que la serie rinde cierto homenaje al autor Richard Matheson, la familia protagonista carga el apellido y el ambiente de la serie se me hace muy similar a su libro/película «I Am Legend».
Como punto positivo puedo señalar las secuencias de acción y combate; son bien fluidas y están bien sincronizadas aunque un poco increíbles, a decir verdad (no se puede esperar menos de Jon Favreau). También la música me pareció correcta y las actuaciones de Giancarlo Esposito (aunque muy similar a su personaje de Gustavo Fring en «Breaking Bad») y Billy Burke sobresalen de entre los demás.
Y ya que menciono actuación, wow, las de esta serie me causan espasmos. La protagonista, Tracy Spiridakos, es inconstante: a veces tiene sus escenas buenas, pero las otras no tanto. Además, su personaje debe presentar unos 16-18 años y ella parece mucho mayor (lamentablemente, algo muy común en series y películas). Los demás actores no tienen tanto tiempo en pantalla como para que yo pueda opinar mucho, pero a veces, y en casos como éste, poco es mucho.
Algo que no me gustó es que se supone que desde el apagón han transcurrido 15 años y los personajes adultos no han envejecido un día. O sea, supongamos que el tío Miles -o su amigo, Bass– tuviera 25 años de edad cuando aconteció el apagón, 25+15=40, ¿debería haber notable diferencia, no? O, si tenía 30 años: entonces, 30+15=45.
Si eso era un problema, ¿porqué no adelantar el tiempo 8-10 años en vez de 15 y usar niños mayores en el flashback para interpretar a Charlie y Danny? (Disculpen la clase de matemáticas, no se las cobraré).
En fin, Revolution no es tan buena y dista mucho más de 15 años de ser perfecta. Al igual que «Lost», abre cuestionantes que procura mantenernos interesados y, como yo soy un poco obsesivo-compulsivo, veré un par de capítulos más… Aunque, como dije al principio, el piloto supone ser eso que nos atrae y nos mantiene apegados a una idea y, en esto, Revolution no revolucionó.