Recuerdo haber visto el trailer de esta película, también recuerdo no estar interesando en lo absoluto. Decidí verla, al final del día, porque siempre me ha gustado el trabajo del actor Dan Stevens.

Y es que, en un mundo de thrillers psicológicos, Cuckoo intenta capturar la atención del público con una narrativa retorcida y un tono desconcertante, pero finalmente tropieza bajo el peso de sus propias ambiciones.

Esta película, aunque -en cierto modo- intrigante en su premisa, no logra cumplir con las expectativas y deja al espectador más frustrado que satisfecho.

En el centro de la trama se encuentra un concepto fascinante: una vida aparentemente perfecta que se va desmoronando, llevando a la protagonista a una pesadilla vertiginosa. Sin embargo, a medida que avanza la historia, la tensión que debería impulsar la trama se disipa, reemplazada por una sensación creciente de desconcierto. Los personajes, aunque interesantes, nunca evolucionan de manera que sus acciones se sientan genuinas o justificadas.

El ritmo, que inicialmente promete ser un misterio de desarrollo lento, pronto se convierte en una serie de secuencias repetitivas que arrastran al espectador por momentos innecesarios que solo agregan confusión en lugar de profundidad. Aunque la cinematografía juega con luces y sombras para intensificar la sensación de paranoia, no logra salvar a la película de sus giros cada vez más inverosímiles.

Y luego está el final, una conclusión excesivamente cerrada, aunque apresurada, que deja mucho que desear. No es solo insatisfactoria; parece que los realizadores estaban ansiosos por atar la narrativa con un lazo, en lugar de dejar al público con una pregunta o reflexión persistente.

Cuckoo estuvo dirigida por Tilman Singer y cuenta con las actuaciones de Hunter Schafer (Euphoria), el mencionado Dan Stevens (Abigail), Jessica Henwick (Iron Fist) y Marton Csokas (The Lord of the Rings).

En resumen, Cuckoo es un ejercicio en el potencial no aprovechado. Su premisa promete una exploración psicológica cautivadora, pero fracasa en la ejecución. En lugar de dejar al espectador cuestionando la realidad, simplemente deja la sensación de lo que podría haber sido.

Leyendo tantas reseñas y opiniones positivas en las redes me hace cuestionar si estamos siendo muy permisivos con el cine de horror o simplemente vi un filme muy diferente a los demás.