Imagina que un día, sin previo aviso, cada persona en el mundo (por encima de 22 años) recibe una misteriosa caja con una cuerda en su interior. La longitud de la cuerda indica la duración de tu vida. ¿La abrirías? ¿Qué harías con esa información?
The Measure, de Nikki Erlick, parte de esta premisa intrigante para construir una historia que combina ciencia ficción ligera con drama emocional y una profunda reflexión sobre el destino y las elecciones personales.
La novela sigue a un grupo de personajes cuyas vidas se cruzan en un mundo donde la gente ahora sabe (o elige no saber) cuánto tiempo de vida le queda. Algunos luchan con la incertidumbre, otros con el prejuicio que surge contra quienes tienen cuerdas cortas, y muchos intentan redefinir sus relaciones y aspiraciones bajo esta nueva realidad. Erlick explora temas como el libre albedrío, la discriminación, el miedo al futuro y la importancia del presente.
Es una novela que tiene múltiples puntos de vista, los capítulos son cortos, la narrativa está guiada más por los personajes que por acción, tiene cierto elementos políticos que se pueden comparar a la actualidad; también es un libro que nos hará pensar y reflexionar, y es perfecto para leerse en un Book Club.
Creo que The Measure parte de una premisa original y esta idea, por lo general, está bien ejecutada. El concepto de las cuerdas es un giro interesante en el género de la ciencia ficción especulativa. Además, considero que los personajes están bien desarrollados; a pesar de que nos presentan varios protagonistas, cada uno -o la gran mayoría- tiene una voz distinta y sus dilemas se sienten palpables.
El ritmo de la novela es algo desigual, algunas partes se sienten más dinámicas que otras, y ciertos capítulos pueden parecer un poco repetitivos. También peca de ser un poco predecible en algunos puntos, pues algunas historias dentro de la trama siguen caminos bastante esperados.
En conclusión, The Measure es una lectura atrapante y provocadora que invita a cuestionarnos cómo viviríamos nuestras vidas si supiéramos exactamente cuánto tiempo de vida tenemos. Con una narrativa accesible y personajes memorables, Nikki Erlick logra una historia emotiva y significativa. Aunque no es una novela perfecta, su mensaje resuena mucho después de la última página.