Opinión Sobre la Película «Skinamarink» (2022)

Un amigo me envió un video en el que se listaban las 10 películas más terroríficas según la ciencia (latidos de corazón por minuto o BPM y Heart Rate Variability, HRV). Skinamarink era una de las pocas que no había visto, y en el listado ocupaba el número tres. Más que suficiente para captar mi curiosidad.

Si eres fanático del horror experimental, Skinamarink te va a intrigar tanto como desconcertar. Esta película, dirigida por Kyle Edward Ball, nos transporta a una experiencia de terror que no sigue las reglas del cine convencional. En lugar de apoyarse en sustos rápidos o efectos especiales elaborados, Skinamarink se apoya en lo más básico: la atmósfera y lo desconocido.

La premisa es simple: dos niños se despiertan en medio de la noche y descubren que su padre no está en casa y que las ventanas y puertas de su casa han desaparecido. A partir de ahí, Ball construye una sensación de aislamiento desconcertante. La cámara se detiene o se desliza lentamente por pasillos oscuros, mostrándonos rincones vacíos y sombras amenazantes. Lo curioso es que, aunque parece que no está pasando nada, la tensión nunca desaparece. Es una película que causa estrés y ansiedad.

Uno de los aspectos más interesantes es cómo se juega con la percepción. El filme se siente como una pesadilla infantil, de esas en las que no logras entender del todo qué es lo que te está asustando. Es como si estuvieras atrapado en una casa que conoces, pero que de alguna manera ya no es familiar. Los sonidos agregan una capa más de inquietud.

Skinamarink es, sin duda, una película divisiva. No es para todo el mundo. Su ritmo lento y el enfoque en lo ambiguo harán que algunos espectadores se desesperen. Pero si logras conectarte con su estilo, puede ser una experiencia fascinante. Hay un mérito en la forma en que te mantiene atrapado sin darte las respuestas que esperas.

Como leí por ahí, es una película fácil de apreciar pero difícil de disfrutar.

Establecido todo lo anterior, debo decir que, a pesar de apreciar y entender el objetivo de la película, no me gustó tanto como a otros. Dije que es un filme divisivo y considero muy claro en qué lado del espectro me encuentro.

Creo que Skinamarink funciona mejor como un cortometraje (de hecho, hay uno que se titula «Heck»).

En conclusión, Skinamarink es más que una película de horror; es una exploración de lo que significa estar solo, de lo que sentimos cuando los lugares que deberían brindarnos seguridad se convierten en algo amenazante. Es un viaje incómodo, pero si estás dispuesto a entrar en esa pesadilla, Skinamarink te hará cuestionar la realidad más cercana y te dejará pensando mucho después de que terminen los créditos.

Disponible en Shudder y Hulu.

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